viernes, 27 de abril de 2012

NO DARSE POR VENCIDO


El pacto político de "la transición" nos robo la memoria colectiva. Tras la espantosa guerra que asoló nuestro país y que terminó con la victoria de las tropas fascistas. Sobre las cenizas de esa debacle se construyo un estado a la medida de los vencedores. Los vencidos fueron exterminados o expulsados fuera de nuestras fronteras. Tras la muerte del dictador se perdió la oportunidad de hacer justicia. El miedo, siempre el miedo, que recorría como un estertor todos los rincones del país. Ese miedo atávico a que volviese otra vez la guerra es lo que explica el olvido de las víctimas y su descendencia.
La modélica transición a la democracia, exportada como modelo de cambio político fue ampliamente aplaudida dentro y fuera de España. Pero ¿ fue tan modélica como se pinta? ¿ se enfrento la sociedad española con el fascismo?. Las victimas de esa dictadura atroz aún esperan la reparación histórica y el consuelo del reconocimiento de su sufrimiento. Desaparecidos, fosas comunes en los cementerios, cuerpos perdidos en las cunetas. Nos escandalizamos cuando nos informan de crímenes contra la humanidad al ver imágenes de otros lugares del planeta, pero no nos rebelamos contra nuestra propia infamia.
Hemos construido un nuevo sistema que hunde sus raíces en la injusticia y la falta de reconocimiento a los que lucharon por mantener la II República, legítimamente constituida. Otro motivo para indignarse. Las calles y plazas de nuestras ciudades deberían llevar cientos de nombres de estos hombres y mujeres.
Esta noche se ha presentado en Talavera un documental que recoge la lucha de Daniel Serrano Recio por recuperar la memoria de su hermano, teniente alcalde socialista de la Torre de Esteban Hambrán durante la II República y que fue detenido y ejecutado en 1941. Henri Belin y Susana Arbizu  han querido recoger la lucha de Daniel por rehabilitar su memoria en este pueblo de la provincia de Toledo. El documental reivindica el combate por la dignidad de todos los que han sido despojados de su memoria.
Eudaldo Serrano Recio fue fusilado únicamente por defender un ideario político. Está enterrado en Madrid en una fosa común y en su pueblo no existe ni una triste placa que le recuerde. Sin embargo, el colegio público del pueblo lleva el nombre del falangista que se sublevó contra la corporación municipal legítimamente constituida. Es el mundo al revés.
En nuestros pueblos, en el mundo rural aún queda el miedo. Quedan ya muy pocos testigos oculares de aquellos días. Se ha preferido olvidar, pasar página, no remover el pasado porque duele. Pero hay que ser valientes y recoger los testimonios orales de aquellos que vivieron las penurias de la posguerra, la humillación de ser despojados de sus familias y de sus bienes. Se vieron obligados a marchar de sus pueblos, algunos a ciudades grandes donde difuminarse, otros no tuvieron más remedio que exiliarse. Algunos contaron sus vivencias e historias a sus descendientes, otros las guardaron en un rincón de su ser, sus muertos se convirtieron en fantasmas, nunca pudieron enterrarlos. Hemos cambiado de siglo, las generaciones se renuevan y cuando ya llevamos más de treinta años de democracia se les niega el derecho de recordarles con una simple placa. Una vergüenza. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario